lunes, 29 de marzo de 2021

María Leonor Rubiano Fernández, de Mieres

 



                       Mujer , luchadora  antifascista  y  deportada : “El olvido dentro del olvido”.

Hija de Germán Rubiano (Aller) y María Fernández (Mieres), nació el 3 de julio de 1920 en Mieres. No formó parte Leonor de la marea humana que tuvo que huir a Francia tras la derrota republicana al término de la guerra civil. Su exilio tuvo carácter económico, cuando entre 1931 y 1936 la familia emigra a París y se instala en la Plaine Saint-Denis en busca de una vida mejor. Este era un barrio obrero del extrarradio norte de París conocido como “La petite Espagne“,por la numerosa inmigración española. Leonor trabajó como obrera en una fábrica de papel alquitranado. A partir de 1936, aún adolescente, se convierte en una militante activa de la solidaridad con la España republicana, su hermano Víctor Rubiano Fernández marchó al frente para defender la República.

Leonor militó desde muy pronto en la “Unión des Jeunes Filles de France” (Jóvenes comunistas de Francia)  y participó en la recogida de ayuda para la España Republicana durante toda la guerra civil. Después de la victoria de la sublevación franquista , las familias de "la pequeña España" se movilizaron para acoger a huérfanos o refugiados del ejército republicano. Tras la Retirada, cuando el gobierno francés creó los campos de concentración , la organización  y particularmente el grupo español, apadrinó a todos los internados que pudo escribiéndoles y enviándoles paquetes de ropa y comida.

Al estallar la II Guerra Mundial la organización empezó a estar vigilada y amenazada. Leonor perdió su empleo a causa de sus actividades sindicales y políticas.

A partir de la invasión alemana, comenzaron a realizar en el verano de 1940 diversas acciones de resistencia antifascista; tales como la distribución de octavillas denunciando la opresión, la ocupación nazi y el régimen de lacayos del mariscal Petain. Hicieron también pintadas en las paredes y sobre el asfalto de las calles, todo ello de noche y durante el toque de queda.

A mediados de setiembre de 1941, la policía alemana entró en el barrio a hacer registros casa por casa. Leonor fue detenida y enviada a la prisión de La Santé junto con su camarada y amiga Angelines Martínez. Allí sufrieron torturas por parte de la policía francesa y por la Gestapo, lo que no impidió que en los ocho meses que estuvieron presas consiguieran dirigir un grupo de solidaridad entre las detenidas.

En la primavera de 1942 fueron  trasladadas a Alemania, a la prisión de Prüm. También aquí se organizaron  españolas y francesas y el día 14 de julio, fiesta nacional francesa, se negaron unánimemente a realizar los trabajos de costura que hacían para el ejército. En el patio, a la hora del paseo, cantaron La Marsellesa con una bandera hecha en la celda con los trapos que habían conseguido. A los ocho días fueron trasladadas a la fortaleza de Breslau para ser juzgadas como cabecillas de grupos de resistencia. Trabajaron bajo un trato durísimo en una fábrica de construcción de cohetes V1 y V2.Una decena frenaron y sabotearon la producción al máximo sin doblegarse ante la privación de comida y bebida, las amenazas y el calabozo.

En septiembre de 1942,justo al año de su detención, fueron enviadas  al campo de concentración para mujeres de Ravensbrück, donde fueron clasificadas como deportadas "Noche y Niebla" (N.N), por ello  su destino fue la barraca 32, donde se encontraban las destinadas a ser exterminadas en breve plazo. Leonor trabajó de forma esclava en un taller anexo, donde se confeccionaban prendas militares a un ritmo de 200 chaquetas o pantalones al día, en dos turnos día/noche de 12 horas diarias, aquí fue apaleada y torturada.

Algunos fragmentos del testimonio de Marie Claude Vaillant- Couturier en el Proceso de Nuremberg, revelan el trágico final de la joven Leonor Rubiano en el infierno de Ravensbrück:

"Conozco bien las condiciones de ese taller, porque una joven amiga mía, María Rubiano, una muchacha que acababa de llegar a Ravensbrück cada noche me relataba su martirio. Un día, agotada, consiguió pasar al Revier. Los dos pulmones estaban afectados muy gravemente y la trasladaron al terrible bloque 10, el bloque de las tuberculosas, a las que no se consideraba mano de obra recuperable, no recibían cuidados ni tampoco medicamentos.

Hay que decir que la atmósfera de esta sala era particularmente deprimente. Eran muy numerosas, varias en cada cama, en literas de tres pisos, en una atmósfera sobrecargada, con las detenidas de diferentes nacionalidades acostadas juntas, lo que hacía que no podían ni hablarse entre ellas… No obstante, y como María Rubiano no moría lo bastante rápido a juicio de los SS, un día, el Dr. Winkelmann, el especialista de las selecciones en Ravensbrück, la inscribió en la lista negra, y el  9 febrero de 1945, con otras 72 tuberculosas, entre ellas 6 francesas, la subieron al camión con destino a la cámara de gas".

Leonor sólo tenía 24 años cuando fue asesinada por los nazis.

El testimonio de su camarada Angelines Martínez deja constancia de su espíritu luchador: “Cayó enferma en diciembre de 1944 y murió en febrero de 1945, cuando ya apercibíamos la libertad, sin que lográsemos arrancarla de las garras de los SS. Así terminó aquella joven y valerosa muchacha española. Fue una gran figura de la Resistencia francesa y una auténtica heroína que supo honrar las ideas que defendió y al país que la vio nacer”.



Biografía escrita por Begoña Álvarez Cienfuegos

Grupo Deportados Asturias

Fuentes:

Amical de Ravensbrück

- Archivos Arolsen

- Padrón de Mieres

- Eduardo Pons Prades “El holocausto de los republicanos españoles”. Belacqva 2005.

-  - Boletín UME

-  - Casa de España en Saint-Denis

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