En 1936,
cuando comenzó la guerra tras el golpe de estado franquista, Manuel vivía en
Suria, Barcelona, en la calle de la Diputación 16 y era trabajador en las minas del mismo lugar. Estaba casado con Ana Ros Acosta y tenía dos hijos: Alejandro y José, nacidos en Suria, además de Magdalena hija
del primer matrimonio de su mujer. Manuel fue a parar al frente de Aragón,
donde su hermano José había muerto combatiendo al poco tiempo de iniciarse la
guerra. Tras la caída de Cataluña bajo el dominio del ejército franquista sublevado, Manuel formará parte
entre el 28 de enero y el 13 de febrero del medio millón de republicanos
españoles que tuvieron que tomar el camino del exilio hacia Francia a través de
los Pirineos.
Al igual que miles de
refugiados fue confinado a su llegada a Francia en uno de los improvisados
campos de concentración del sur. Manuel fue internado en el campo de Argèles-sur-Mer, localizado en
la costa de la población homónima a sólo 30 kilómetros de la frontera
española. Este campo de confinamiento se situó sobre los bancos de
arena de la misma playa, rodeado por tres hileras de vallas metálicas que se
abrían al mar, que hacía de barrera natural. Los primeros meses en Argèles
fueron los más duros para los exiliados españoles; el frío del invierno aún
duraba y enfermedades como la disentería y el tifus comenzaron a hacer mella en
aquellos hombres ya debilitados por el hambre y la sed. En total, se calcula
que pasaron por el campo de concentración de Argèles-Sur-Mer unos 100.000
españoles cuyo destino fue diverso. El de Manuel fue probablemente formar parte
de una de las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE) militarizadas,
teniendo como actividades principales la realización de trabajos de
fortificación en sectores como la Línea Maginot y la frontera francobelga.
Debido al emplazamiento geográfico asignado a las CTE empleadas en los sectores
fronterizos, miles de ellos perdieron la vida o fueron hechos prisioneros
combatiendo a las tropas de la Wechmart en mayo - junio de 1940 durante la
ofensiva alemana sobre Francia.
Manuel cayó en manos de las
tropas nazis y fue internado con el nº
40651 en
el campo para prisioneros de guerra Stalag VIIA de Moosburg, en Baviera y a 35
kilómetros al noreste de Munich. Se le llamaba el campo de los «perros» pues
los S.S. patrullaban por el mismo constantemente con perros policías especiales
que atacaban donde veían algunos grupos, en los que se intercambiaban objetos
unos a otros, o bien, hombres que se dedicaban a buscar las peladuras de
patatas para comer. En este destino Manuel Fernández López compartió internamiento
con prisioneros de varias nacionalidades y con el también asturiano José Pérez Fernández,
de Cangas del Narcea. En
un primer momento, todos pudieron acogerse a los acuerdos internacionales que
regulaban el tratamiento de prisioneros de guerra, pero desde agosto de 1940 , el ejército alemán cedió , con el beneplácito del dictador Franco, el control y la custodia de los
prisioneros españoles a la Gestapo, quien se encargó de separarlos del
resto, recabar información sobre su procedencia y actividades político-militares
en España y Francia, y finalmente deportarlos.
El día 4 de agosto de 1940, cambiaría una vez más el rumbo para 392 republicanos españoles de Moosburg. Según el testimonio del deportado cántabro, prisionero en el mismo stalag, Ramiro Santisteban :
“Fuimos obligados a formar por un
capitán regular, diciéndonos que nos trasladaban a España para la repatriación.
En realidad nos llevaron a la estación y nos subieron en pestilentes vagones para el transporte de ganado.
Nos dieron un trozo de pan con salchicha y con eso nos alimentamos dos días. El convoy llegó
el día 6 de agosto al campo de concentración de Mauthausen, en
Austria. No sabíamos dónde estábamos, pero al ver a los prisioneros que
trabajaban con el traje rayado, agotados
y famélicos supimos lo que nos esperaba”.
Este convoy de deportación hacia Mauthausen fue el primero
que trasladó prisioneros españoles a los campos nazis. A Manuel le iba a ser
asignado el número de deportado 3270 y aparece en la ficha de
registro en el campo como minero de profesión. Permaneció en
el llamado “campo de los españoles” poco más de seis meses, hasta que el 17 de
agosto de 1941 fue seleccionado para ser trasladado al subcampo de Gusen. En este Kommando
situado a 5 Km del campo central , los nazis le asignaron un nuevo número: el
10367.
Consiguió sobrevivir a las vejaciones, el hambre, las enfermedades y el exterminio por el trabajo hasta el día 13 de octubre de 1941, en que falleció alrededor de las 7.30 h. de la mañana, según figura en la ficha del campo.
En el mes siguiente Manuel habría cumplido 40 años.
Fuentes:
Familia de
Manuel Fernández López
Investigación Grupo Deportados Asturias
Ayuntamiento
de Suria
Arolsen
Archives
Biografía
escrita por : Begoña Álvarez Cienfuegos
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