lunes, 17 de octubre de 2022

José Vega Viejo, de Boo (Aller)

 

                           


                    

Oriundos del concejo de Lena, como sus antepasados, José Vega Fidalgo (Villallana, Lena, 1869) y Matilde Viejo Álvarez (Piñera, Lena, 1888) tuvieron una extensa familia, de ¿ocho? hijos (Edelmira, José César, Purificación, Covadonga, Ángeles, Teresa, y Benjamín…) y se encontraban asentados en el pueblo de Boo (concejo de Aller), próximo a Moreda, quizás por razones profesionales del cabeza de familia. Allí nació José [Ramón] Vega Viejo el 9 de setiembre de 1916.

Debió de comenzar a trabajar desde muy joven, como repartidor de carbón, y a raíz de producirse el golpe de estado contra la II República, sin lugar a dudas se alineó con el nuevo régimen, porque aunque desconocemos su militancia política, consta la declaración de su desafección a la “causa nacional” y exilio en Francia, al ser llamado su remplazo para el servicio militar por los franquistas.

Fue miliciano voluntario, y con un grupo de mineros de Aller se alistó en el Batallón Aida Lafuente, formado en Mieres, nº 1 de los de Asturias, después renumerado con el nº 201. En ese momento, octubre de 1936, contaba 20 años recién cumplidos.

Formando parte de él  participó en la ofensiva general de febrero de 1937, en el Frente que rodeaba Oviedo, en la zona de la Tenderina y en las inmediaciones de la Fábrica de Armas de la Vega; posteriormente dicha unidad se trasladó al sector del Naranco en donde sufrieron un importante revés, el día 25 de dicho mes. Precisamente en ese día falleció en combate el Comandante del Batallón (José Cosío García) y el miliciano José Vega Viejo, integrado en la 2ª Compañía, fue herido en su pierna derecha que le afectó al fémur. Como consecuencia de dicha herida arrastró importantes secuelas quedando con una cojera.

Desconocemos su itinerario al finalizar la guerra en el Norte, y su salida a Francia y reingreso en Cataluña, donde si existe seguridad de haber permanecido hasta la “Retirada” al finalizar la guerra en dicha zona, cruzando la frontera el 7 de febrero. Lo mismo ocurre con su recorrido en Francia, hasta que el 18 de abril de 1940 ingresa en la residencia de mutilados de guerra que el Gobierno de Euzkadi poseía en la localidad francesa de Bidart, muy próxima a Biarritz (Departamento de Pirineos Atlánticos). Estaba instalada en el Castillo de Ilbarritz, una mansión del siglo XIX, que había mandado construir un peculiar aristócrata amante de la música.

En la ficha sanitaria de dicho centro se señala acerca de su mutilación: “osteomielitis fracturaria fémur derecho parálisis ciático, poplíteo externo, consecutiva a herida de arma de fuego” y una alteración funcional que le provocaba claudicación, que valoraban en un 30% de invalidez.

Como tantos otros republicanos españoles, enfermos y mutilados de guerra, terminó en el Campo de Noé, cerca de Toulouse, un recinto fuertemente custodiado reconvertido en campo hospitalario en febrero de 1941. De allí procede el último documento que poseemos de él, una foto dedicada a su novia, de Barcelona, fechada el 5 de abril de 1944 (“A mi querida novia con todo el amor y cariño, el que no te olvida. Pepe. Noé 5/4/1944)”).


                              


Por Noé pasarían unos 600 judíos y unos 900 republicanos españoles, entre ellos muchos ancianos y enfermos. El 10 de junio de 1944, cuatro días después del desembarco aliado en Normandía, José fue trasladado al campo disciplinario de Le Vernet, en el departamento de Ariège, sesenta kms. al sur de Toulouse. Durante la segunda guerra mundial, 40.000 presos políticos y judíos pasaron por este siniestro campo, desde el que se deportó a los judíos a los campos de exterminio como Auschwitz a partir de septiembre de 1942. Cuando José Vega llegó a Le Vernet ya solo quedaban unos centenares de presos, muchos exiliados republicanos, como los médicos del campo Vicente Parra Bordetas y Juan van Dyck Martínez.

José Vega recibió en Le Vernet el número de prisionero 11961. Su estancia en este lugar de sufrimiento y drama fue corta, apenas tres semanas. El 30 de junio de 1944 los alemanes decidieron cerrar el campo y deportar a 398 hombres y 5 mujeres al Reich. Más de la mitad de ellos eran republicanos españoles. El largo viaje comenzó con un traslado en camiones y autocares hasta la estación de tren de Raynal en Toulouse, donde fueron encerrados en el cuartel de Caffarelli. El 3 de julio de 1944, el convoy de vagones de ganado partió de la misma estación de Raynal. Comenzaba el largo viaje del “Tren fantasma”, el último transporte de deportados desde Francia con destino a los campos de concentración en Alemania.

La primera estación del convoy fue Burdeos. Allí los prisioneros pasaron varios días antes de partir hacia Angulema. En vista del avance de las tropas aliadas por el norte de Francia, el convoy regresó a Toulouse, y desde allí se dirigió al valle del Ródano, pasando por Lyon, Dijon y Metz. Durante el largo y lento trayecto se iban añadiendo nuevos “viajeros” procedentes de diversas prisiones y campos. Pero también algunos consiguieron escapar, como los asturianos José María Sotura Leiva y Manuel Sordo Ardines, que venían de Le Vernet.

Tras casi dos meses de tortuoso y agotador viaje, el 28 de agosto de 1944 el “Tren fantasma” llegó a Dachau. Allí quedaron 660 hombres, de ellos más de 250 españoles. El tren continuó viaje hacia el norte de Alemania con 64 mujeres, que ingresaron el 1 de septiembre de 1944 en Ravensbrück. De las 724 personas deportadas en este transporte, 226 sobrevivieron y 246 fallecieron durante el cautiverio. Unos 160 se fugaron, ya durante el transporte, ya del campo de concentración. Ocho desaparecieron en deportación, y cuatro fueron liberados por las autoridades alemanas.

Ocho fueron los asturianos internados en Le Vernet a los que el “Tren fantasma” llevó hasta el campo de concentración de Dachau: Antonio Alonso Cueto, Lulo Álvarez Requejo, Alfredo Andrés Santos, José Artime Fernández, Alberto Magdalena Forcelledo, Luis Suárez Cueto, Serafín Suárez Molina, y nuestro José Vega Viejo. En el registro de entrada del campo, declara entre los datos de filiación la profesión de minero, y entre los detalles allí contenidos figura la cicatriz en su limitada rodilla derecha.  A sus 28 años, el preso número 94184 de Dachau volvió a ser un hombre libre el 29 de abril de 1945, cuando unidades de infantería americana ocuparon el campo. Qué fue José Vega Viejo a partir de aquel día, aún está por descubrir. La familia, sobre su fallecimiento, solo recibió el testimonio de su novia de Barcelona que al parecer recibió la noticia y que les hizo llegar con tres fotos, que aún conservan.


Biografía escrita por Claudine Allende Santa Cruz, de MERE 29, Brest y José Luis Villaverde Amieva, del Grupo Deportados Asturias.

Investigación: Claudine Allende Santa Cruz, Rosa Calvo, Antonio Muñoz y J.L.Villaverde y Maribel Luna del Grupo Deportados Asturias.

Fuentes:

·         Archivos Departamentales de Ariège

·         Amicale des Anciens Internés Politiques et Résistants du camp de concentration du Vernet d'Ariège

·         Banco de la Memoria Democrática

    . CDMH (Centro Documental de Memoria Histórica)

·         F M D (Fondation pour la Mémoire de la Déportation)

·         ITS Arolsen.

·         Libro Memorial: Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945). Benito Bermejo y Sandra Checa

·         Les naufragés et les rescapés du “Train fantôme” de Laurent Lutaud y Patricia di Scala.

·         Libro Memorial: Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945), de Benito Bermejo y Sandra Checa

·         La represión fascista en el Valle de Aller-Asturias, de Manuel Fernández Trigo.

·         Registro Civil de Cabañaquinta (Aller-Asturias)

·         Familia de José Vega Viejo


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