martes, 22 de junio de 2021

MANUEL CORTÉS GARCÍA, de Pechina (Almería) y vecino de Gijón. (Familia Cortés García)

Retrato realizado en el campo de Mauthausen para el documento identificativo de pertenencia al Kommando Poschacher.


Manuel nació el 23 de febrero de 1925 en Pechina, fruto del matrimonio formado por Francisco Cortés Borrás, de oficio zapatero y natural de la localidad de Huécija (Almería) y Carmen García Gutiérrez, natural de Pechina.

José fue el primogénito de una familia numerosa, nacido 9 de mayo de 1913.   El día 17 de enero de 1915 nació el segundo hijo, Francisco. La tercera será María del Carmen de la Encarnación nacida el 5 de abril de 1917  y fallecida  como consecuencia de la alta mortalidad infantil de aquellos años. El 27 de noviembre de 1919  otra niña vino a sumarse a sus tres hermanos anteriores,- que habían vuelto a ser dos -. Fue bautizada con el nombre de María de los Ángeles. El 30 de enero de 1923 nace Jacinto, bautizado con el nombre de su abuelo materno y el 21 de enero de 1930, nace  Aurora, la última que vea la luz en Pechina pero no el último nacimiento en la familia. Es el séptimo nacimiento en una familia más que numerosa.

En 1930 la situación económica en la provincia de Almería era muy precaria, más aun para una familia con seis hijos y con un oficio de zapatero, aunque los hijos mayores aportasen algún dinero a la economía familiar. Esta situación hace que los Cortés García emigren a Cataluña  huyendo del hambre y en busca de una mejor situación.

En 1931, con la República recién instaurada en España, la familia Cortes García llega a Cataluña y se instala en el Prat de Llobregat, cerca de  Barcelona. Allí todos los hijos aprenderán catalán y se arraigarán.

El padre continuaba con su oficio de zapatero y el hermano mayor, Pepe (José Cortés García), había encontrado quehacer en una papelería. Jacinto Cortés tenía 13 años cuando estalla la guerra y su hermano Manuel no había cumplido 11. Quisieron afiliarse a las JSU (Juventudes Socialistas Unificadas) de Cataluña, pero no los van a admitir; eran todavía demasiado jóvenes. Se conformarán con ser "soldados" de Cataluña. Iban con toda la pandilla de amigos hasta Gavá y allí buscaban hierro entre los vertederos y lo buscaban en el fondo, encontraban con ello que era una manera de contribuir en aquella guerra que habían hecho suya.

Oían explicar las batallas a los mayores, recibían las cartas del hermano, Pepe, que estaba en el frente del Ebro y se imaginaban que todo aquello era una gran, extraordinaria aventura. Pepe había marchado al frente lleno de entusiasmo y de convencimiento, era el ídolo de toda la familia y el maestro, en cuestión de política, a los ojos de Jacinto y de Manuel. Los dos hermanos, cuando bombardearon el "Komsomol", un barco soviético, venderán trozos (del barco) para recaudar dinero que aportar a la precaria economía familiar. Y el pequeño Manuel va a ser el que más recaude de todo el Prat. Jacinto Cortés cumplirá 16 años el mismo día que atraviese los Pirineos hacia Francia. Desde entonces no ha vuelto a Cataluña.

El 25 de mayo de 1932 nació Ángel y el 20 de noviembre  de 1936 sería el último nacimiento en el seno de esta familia: María del Carmen. Nueve hijos en total de los que ya faltaban dos.

El año 1934 que pasará, entre otras cosas, a la Historia de España por la revolución de Asturias vendrá a ensombrecer el hogar de la familia Cortés García. Su segundo hijo, Francisco, fallece de un ataque al corazón con 19 años en la Rambla del Prat.

La ebullición política que agitaba España, desde la instauración de la IIª República, era especialmente importante en Cataluña y la familia Cortés García vivía el día a día. Los hijos mayores ya participaban en reuniones y asistían a mítines de las organizaciones sindicales y políticas de izquierdas.

Con el  golpe de estado de 1936 la familia Cortés  quedará marcada para siempre. “Pepe” como llamaban al hijo mayor, se incorpora al frente y conoce a una chica de Hoz de la Vieja (Teruel), Isabel Gascón Lambeja, con quien se casa. Desconocemos si dejó descendencia.  En la Batalla del Ebro fue herido en una pierna y ésta le es amputada en el hospital de  Figueras.

Roto el frente del Ebro la Familia Cortés García, como cerca de 500.000 españoles civiles, militares, niños, ancianos, enfermos, heridos... cruzó la frontera, en pleno invierno del Pirineo, el 8 de febrero de 1939, en  un viaje al exilio forzado lleno de penurias. Habían dejado la casa del Prat del Llobregat con los colchones embalados y a duras penas habían tenido tiempo para recoger cuatro bártulos para el camino.

En el camino de la "retirada" estaban el padre, la madre, y seis hermanos: Ángeles, que tenía 20 años, Jacinto, de 16, Manolo, de 13, Aurora, de 11, Ángel, de 8, y la pequeña, Carmen, que acababa de cumplir 3 años, pero faltaba Pepe. Desde Ruelle, la familia Cortés reclamará al hermano herido, que desde que lo dejaron en la ambulancia no sabían dónde se encontraba. Darán su dirección a través del SERE [Servicio de Evacuación de los Republicanos Españoles].

Un soldado comprará pan para la familia Cortés cuando ya iban para Francia, en Cervera de la Marenda. El padre cortará el pan en rebanadas finas y las repartirá. El pan se había acabado y los padres ni lo habían catado. En la estación de Cervera los hombres de la Cruz Roja los vacunarán a todos. Un gendarme quería enviar a los hombres de la familia Cortés hacia Argelés Sur Mer (campo de concentración francés), pero ellos se agarrarán fuertemente, los pequeños acurrucados contra sus padres, y un ferroviario francés los defenderá.

El 20 de agosto de 1940 todos los refugiados  del campo de Les Alliers son llevados a la estación de tren de  Angoulema, para  su deportación al campo de Mauthausen. El viaje va a  durar cuatro días, entre el 20 y el 24 de agosto, fecha de la llegada a la estación del pueblo. En los vagones que partieron de la ciudad francesa iba toda la familia Cortés. José, el mayor, era el único que había sido combatiente en la guerra de España y llegaba a Mauthausen mutilado de una pierna.

La familia Cortés García, que había llegado completa a Mauthausen (Austria) en el famoso "Convoy de los 927”, se divide. Allí quedan el padre, Francisco, y sus jóvenes hijos: José (el Pepe como le llamaban) mutilado de una pierna, Jacinto a y Manuel. El resto,  la madre Carmen, y las hermanas Ángeles, Aurora, Carmen, - la más pequeña - y Ángel , son introducidos de nuevo por los SS en los vagones y reemprenden un viaje por media Europa, ahora en sentido opuesto, que acabará en la frontera española, cuando se haga su entrega a la Guardia Civil. Regresarán al Prat del Llobregat.

El 24 de agosto de 1940  son inscritos en el Campo de Concentración de Mauthausen: Francisco con el  número 3.936, José con el número 4.221, Jacinto con el  número 9.030 y Manuel con número 3825. Con fecha 24 de enero de 1941, tanto el padre, Francisco como José, son trasladados al "Kommando" (campo menor dependiente del principal) de Gusen I y anotados a los números 9.146 y 9.148 respectivamente.

El historiador Benito Bermejo refiere el protagonismo de Jacinto y Manuel como “Poschacher”, principalmente  Jacinto Cortés, que será la persona a quien Boix confió la salida del campo del paquete con las fotografías y quien las ocultó en el pueblo de Mauthausen:

Los dos Cortés que quedan vivos formarán parte más tarde de un grupo de trabajo (Kommando) que servirá desde 1943 a la empresa Poschacher, que posee una cantera en las inmediaciones del pueblo. Esto origina un ir y venir entre el pueblo y el campo.

Lo que en una primera fase ha sido estrechamente vigilado acaba relajándose, y finalmente, este grupo de jóvenes - todos españoles - acaba realizando el trayecto diario sin vigilancia.

A principios de octubre de 1944 se llega a una situación nueva: abandonan el campo definitivamente. Son provistos de documentación como trabajadores civiles extranjeros y, aunque no pueden abandonar el Término Municipal de Mauthausen, sí pueden en sus horas libres circular por éste.

Fue aprovechando el trayecto diario entre el campo de concentración y la empresa cuando Jacinto procedió a bajar al pueblo y ocultar en los lugares en que trabajaban un paquete que contenía fotografías sustraídas del servicio fotográfico del campo.

Cuando a principios de 1945, la empresa Poschacher se vio obligada a cesar temporalmente su actividad (la producción de granito y áridos), Cortés, consciente de que los iban a destinar a otros lugares, procedió a entregar el paquete a una mujer con la que había establecido confianza. Se trataba de la señora Pointner.

Cortés añade que, en un primer momento, ocultó el paquete con las fotografías en la propia cantera en que él y sus compañeros trabajaban. Pero en febrero de 1945 descubrieron que una parte del grupo (entre los que él se contaba) sería enviada a Linz, a veinte kilómetros de Mauthausen. En aquellos días Cortés y varios miembros más del grupo habían trabado cierta amistad con una familia del pueblo, cuya casa estaba situada muy cerca del lugar de trabajo y del alojamiento. Fue Jacinto quien le pidió a Anna Pointner que ocultase el paquete de fotografías que Boix la había entregado, a lo cual accedió esta mujer. Inmediatamente después de la liberación del campo, no sería Cortés quien acudiera a buscar las fotografías (pues tardó varios días en poder llegar desde Linz), sino su compañero de grupo Jesús Grau, acompañado de Manuel San Martín y del propio Boix."

Jacinto, al salvaguardar las fotografías, aún a riesgo de su vida,- que tan poco valía en aquel infierno -, pudo ayudar a poner en manos de la Justicia esos documentos tan importantes que inculparon, de alguna manera, a aquellos que negaban la existencia de los campos y por eso todas las personas de bien deben tanto a aquellos jóvenes "Poschacher”, que se jugaron la vida para demostrarle al mundo que aquella barbarie sí existió y para que la Justicia cumpliera su cometido.

El padre, Francisco, moriría en el subcampo de Gusen, el día 26 de agosto de 1941, un año después de su llegada a Mauthausen. Un mes más tarde, el 25 de setiembre Pepe, el hermano mutilado de guerra, fue asesinado asfixiado por los gases en un "camión fantasma”, también en el Kommando Gusen I.

Tras la liberación, los dos hermanos Cortés, Manuel y Jacinto, regresaron a Francia como la mayoría de los españoles. Jacinto volvió a Angulema. Poco sabemos de él desde entonces. Sí conocemos que casó con Severina y que  trasladó su residencia desde Angulema a Perpiñán donde, en agosto de 2003, falleció sin haber vuelto a pisar tierra catalana desde que salió al exilio  en 1939.

Manuel participó activamente en los ambientes políticos de izquierdas franceses, de donde salió para llegar a Polonia y afincarse allí. Realizó estudios de ingeniería y ejerció como tal. Casó con una joven polaca en noviembre de 1949 en la ciudad de Bytom -Katowice y, al menos, conocemos la existencia de un hijo y una hija. Regresó a España y se estableció su residencia en Gijón (Asturias). 

En el año 2003 nos dejaban, esta vez para siempre, Jacinto (en agosto) y Manuel (el 11 de  septiembre), los "Poschacher" (los "pochacas", como les decían los españoles de Mauthausen) Carmen, su madre, había  fallecido años antes, el 5 de agosto de 1963, en el Prat del Llobregat, de donde nunca debieron ser forzados a emigrar. Allí vivieron también sus hijas e hijo, Ángeles, Aurora, Ángel  y Carmen con sus respectivas familias.

En Febrero de 2005, el Excmo. Ayuntamiento de Pechina dedicó unas Jornadas de reconocimiento y homenaje a los miembros de la Familia Cortés García. Desde el Prat del Llobregat (Barcelona) vinieron, Ángel (y su esposa) y Carmen -. María de los Ángeles quedó en Barcelona por problemas de salud. También llegó, desde Gijón (Asturias), la hija de Manuel Cortés.

En un emotivo acto en el Ayuntamiento de Pechina se les hizo entrega de placas conmemorativas a los miembros de la familia, y a personas e instituciones que hicieron posible que dicho acto se celebrara, entre ellos a José Sedano Moreno, escritor de  la historia de esta familia y Secretario delegado del Centro Virgitano de Estudios Históricos de Berja (Almería), condecorado también por su labor .La prensa escrita y la televisión local y autonómica se hicieron eco del evento. Paralelamente a los actos, los asistentes pudieron contemplar la exposición sobre el régimen nazi y el universo de los campos de concentración que se  desarrolló por media Europa.

Biografía cedida por Pepe Sedano. 


                                      

Foto en grupo de Ángel Cortés García: Primero por la izquierda arriba, Ángel Cortés García. Tercero por la izquierda arriba, Manuel Cortés García, primero de rodillas y tercero por la izquierda arriba, los Hermanos Gallo y el primero por la derecha arriba, "El sardinilla" (desconozco el nombre)

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