Nació en Soto de Abajo en Blimea, concejo de San Martín del Rey
Aurelio el 1 de noviembre de 1913 en la casa familiar. Hijo de Nicanor Fombona Carril, natural de
Viella y Maximina Bernardo, nacida en Blimea. El matrimonio tuvo cuatro
hijos: María Antonia “Maruja” (1912-1990), José María (1913-2001),
María Rosario (1915-1997) y Consuelo Fombona Bernardo (1917-2010).
José (padre) durante la guerra desempeñó un cargo
en el Comité de Control del Sindicato de Transportes de Gijón, afecto a
C.N.T. Era vecino de La Cabezá de Blimea, perteneciente a San Martín del
Rey Aurelio; trabajaba como minero y estaba afiliado al Partido Socialista y a
las Juventudes Socialistas Unificadas.
José (hijo) se alistó como miliciano al producirse el
alzamiento militar franquista y el 12 de diciembre de 1936 firmó la hoja de militarización,
quedando adscrito al Batallón Sotrondio número 243, desempeñando el cargo de
cabo en la 1ª Escuadra de la 3ª Sección de la 3ª Compañía. Esta unidad,
familiarmente era conocida como “Batallón Críspulo”, en honor a su comandante,
el conocido comunista Críspulo Gutiérrez García.
Tras desplegarse en el sector de Colloto,
perteneciente al Frente de Oviedo, el batallón participó en varios ataques,
principalmente sobre las posiciones de La Cadellada y Colloto. En los
primeros días del mes de abril de 1937, el mando republicano decidió enviar tropas de refuerzo desde Asturias y
Santander, en un desesperado intento de detener la ofensiva desencadenada por
las tropas franquistas sobre la provincia de Vizcaya.
La primera unidad que se constituyó para ese fin, fue
la 1ª Brigada Expedicionaria, de la que pasó a depender el “Críspulo”. A su
llegada, las fuerzas de ésta tomaron posiciones en el Sector de Maraña y en las
jornadas posteriores participaron en números enfrentamientos con las tropas
rebeldes. José desde la publicación
“Euzkadi Roja” del 23 de abril de 1937, notifica encontrarse “sin novedad”.
La que fue conocida como Campaña de Euzkadi finalizó para el Críspulo en
los últimos días del mes junio de ese mismo año, regresando a Asturias
notablemente mermado de fuerzas debido a las numerosas bajas sufridas. Los
agotados milicianos se dispusieron a disfrutar unos días de descanso en la
localidad de Las Caldas, pero ello no sería posible.
El día 4 de julio las tropas franquistas destacadas en la provincia vecina,
desataron una fuerte ofensiva sobre el sector de Somiedo, en el frente de los
puertos con León, logrando infiltrarse tras conquistar varias posiciones
republicanas. Para contener la brecha, el Estado Mayor decidió enviar unidades
de refuerzo, marchando en vanguardia el Batallón “Críspulo”. Tras varias
jornadas, las fuerzas gubernamentales lograron contener el avance enemigo,
improvisando una nueva línea de defensa en la que el número
243 quedaría desplegado hasta el final de la guerra en Asturias.
Al igual que 450.000 republicanos “vencidos” pero no derrotados, en febrero de 1939, nuestro protagonista pasó a Francia. El, “supuesto país de los derechos humanos”, recibió a los españoles en campos llamados “de concentración”. En la arena gélida de las playas del Rosellón, en pleno invierno, al aire libre durante semanas, con muchos guardias y alambres de púa, a ese terrible lugar conocido como Argelés-sur-Mer, llegó José Fombona.
En enero de 1940 logró salir para ir a trabajar a Aubin, población situada en el departamento de Aveyron, para trabajar en las minas, allí se convertiría en uno de los primeros resistentes españoles.
Así lo contó José Fombona al historiador Alberto Martín
Valencia, recogido en su tesis doctoral “Españoles en la resistencia francesa
1940-1945”:
“…En el mes
de enero de 1940 un grupo de 60 refugiados españoles llegó a Aubin y Cransac
para trabajar en las minas. Después del armisticio [22 de junio de 1940]
nuestro primer acto de resistencia fue el sabotaje de la producción de carbón.
Hacíamos desaparecer las perforadoras, las palas, los picos y los utensilios de
trabajo enterrándolos en los terraplenes. Los mineros de fondo llegaron a
reducir a la mitad la producción total de las minas y cuando los alemanes
ocuparon la zona sur [11 de noviembre de 1942], la Resistencia estaba bien
organizada. Nuestro oficio nos permitía recuperar todos los días varias docenas
de cartuchos de dinamita. En la «Dècouverte» de Decazeville el encargado del
polvorín era un camarada español que nos daba toda clase de facilidades. En
Carjac (Lot), un grupo de trabajadores españoles que trabajaban en la
construcción de una presa nos mandaban también cartuchos de dinamita. En el mes
de junio de 1943 teníamos una organización y los puntos de apoyo necesarios
para pasar a la acción. También teníamos un importante depósito de armas en
Caussade (Tarn y Garona) y habíamos establecido enlace con nuestros camaradas franceses en
Villefranche-de-Rouergue y en Saint André de Najac.”
En mayo de 1943 se constituye la 9ª, que tenía su campo de acción en Aveyron. Fue nombrado jefe de la Brigada, Amadeo Salvador y el jefe de Estado Mayor, Esteban Bravo.
Ante la cantidad de sabotajes que se producían en la
cuenca minera, en especial los de las líneas de alta tensión que comenzaron a
menudear, y paralizaron a tal punto la actividad de los pozos, que los alemanes
decidieron la movilización de todas las fuerzas de represión de la zona para
terminar con aquel estado de cosas. El 27 de octubre de 1943 varios oficiales de
la 9ª, fueron hechos prisioneros en Gus (Aveyron) por miembros de la Gestapo, al haber sido sorprendidos en una reunión. Entre ellos:
Enrique Aguado, Antonio Álvarez, Jesús Fraile y José Fombona Tras esta redada,
los guerrilleros de Aveyron se retiraron al Departamento de Lot.
Estos prisioneros fueron juzgados por el Tribunal
Especial de Montpellier. El 8 de febrero de 1944 Enrique Aguado y Antonio
Álvarez fueron declarados inocentes. Por el contrario, Jesús Fraile y José
Fombona serían condenados a dos años de prisión. Fombona ingresa en la cárcel
de Eysses el 14 marzo de 1944, un viejo y siniestro caserón insalubre.
Trasladado
a la de Compiègne el 18 de junio de 1944, fue deportado a Dachau el día 20 de
ese mismo mes, donde le asignaron la matrícula 73.452.
Cincuenta y dos años después de la liberación, y de
una manera casual, se produce un reencuentro entre José y su amigo Hans
Lauduner, miembro de las Brigadas Internacionales (Austria) y que había coincidido
con nuestro protagonista en Dachau.
Lo relata Lauduner de esta manera:
“Me había visto en la televisión francesa en
otoño del año pasado y me había reconocido, después hizo indagaciones en la
productora del reportaje y contactó por carta conmigo. Era más que natural que
yo aprovechara la primera oportunidad para ir a visitarle.
Así pude
darme cuenta de lo mucho que significó para nuestros amigos españoles lo poco
que yo pude hacer por ellos en el campo de concentración de Dachau. No se
trataba de cosas materiales, que hoy corrompen a tantos: se trataba de pura
supervivencia. Por eso hoy me siento tanto más orgulloso del pequeño regalo que
me hicieron cuando nos despedimos en Dachau”.
De este encuentro entre Fombona y su gran amigo hay una foto que compartimos en esta biografía.
José María Fombona falleció en Niza, capital del departamento Alpes Marítimos en la
Riviera Francesa, el día 19 de marzo de 2001, con 87 años.
Fombona con su mujer y Hans Landauer (Brigadista).
Grupo Deportados Asturias
Fuentes:
- CDMH.
- José Nicanor Fernández-Fombona Laviana (Sobrino nieto)
- Arolsen Archives
- Registro Civil de San Martín del Rey Aurelio.
- Diario de José María Fombona Bernardo.
Bibliografía:
- Boletín Interior de la Asociación Catalana de
expresos políticos.
- CUERVO FERNÁNDEZ, Luis Miguel; “Historia
del Ejército de la República. Voluntarios del primer día” (inédito).
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