jueves, 14 de octubre de 2021

Emilio Antonio Arrojo Arrojo, de Avilés

 


Nacido en Avilés el 16 de septiembre de 1903; se casa a los 24 años con María Díaz Fernández, de 20 años, natural de la parroquia de San Pedro Navarro (barrio popularmente conocido como Valliniello). Era hijo del marinero Casimiro Arrojo Villa, natural de Cudillero y de Adela Arrojo Ávila, nacida en Miranda de Avilés.

Dedicado a la misma profesión que su padre, cuando estalla la guerra civil por el golpe de estado perpetrado contra el gobierno legítimo elegido democráticamente en urnas, se alista en las Milicias Populares alistándose como voluntario en una de las numerosas escuadras creadas por C.N.T. en Avilés. Estos grupos se retiraron del frente a mediados del mes de septiembre de 1936, dando comienzo la organización del Batallón Mario, VI de los creados por C.N.T. en Asturias, el cual sería señalado con el número 212.

Además de con la columna inicial de escopeteros, para su constitución se contó con varias escuadras de libertarios avilesinos, la mayoría de ellos formadas por marineros o pescadores. También se unieron a ellos las secciones confederales leonesas reclutadas por el recién creado Comité Provincial de Villamanín, las cuales operarían de manera independiente.

Su primer destino fue en Lugones, en el frente de Oviedo, y en enero de 1937 ocuparon posiciones en Murias y La Escrita (Candamo). Durante la Ofensiva General de febrero lanzaron un ataque sobre el Monte Otero, en el concejo de Las Regueras, retirándose con varias bajas sin lograr alcanzar sus objetivos.

El 3 de marzo la población de Durango fue arrasada por un bombardeo llevado a cabo por la aviación italiana, dando comienzo a continuación una ofensiva sobre Vizcaya y el resto de territorio de Euskadi que aún se encontraba en manos republicanas.

Para intentar detener su imparable avance fueron creadas varias brigadas expedicionarias, que partieron desde Asturias y Santander hacia los sectores atacados. Ente las fuerzas movilizadas se encontraba el Batallón Mario, que viajó hacia Bilbao el 30 de abril, tomando posiciones de inmediato.

El día 17 de junio los cenetistas avilesinos lograron recuperar una posición en el sector de Archanda, pero acto seguido fueron literalmente barridos por la artillería enemiga que les causó un importante número de bajas, figurando entre los fallecidos el mayor Mario Cuesta, jefe del batallón. La lista de bajas de los rebeldes también fue extensa, quedando prácticamente aniquilada una compañía del Tercio de Nuestra Señora de Begoña

Regresaron a Asturias a finales de ese mismo mes, estableciéndose en La Manjoya, en el frente de Oviedo, pero ante una nueva ofensiva franquista, esta vez contra Santander, a mediados de agosto fueron movilizados hacia la provincia vecina, desplegándose en el valle del Besaya.

A primeros de septiembre combatieron en el frente Oriental de Asturias y más tarde las escasas fuerzas con las que aun contaba la unidad lucharon en el sector de Pola de Gordón, perteneciente al de Los Puertos de León.

A partir de ese momento su primo José Ataulfo Arrojo Marqués seguiría junto a él en todas las peripecias que el destino les tenía reservado. Tras la pérdida del Norte ambos logran llegar a Cataluña y tras la caída de ésta, como tantos otros, se exilian a Francia donde, como la vida misma, se encuentran con la Segunda Guerra Mundial.

Suponemos que tras estar recluido en algún campo de concentración del suroeste del país. El propio Gobierno francés se refería a ellos como tales, y no como campos de refugiados, Emilio Antonio fue enrolado a la fuerza para formar parte de la 199ª Compañía de Trabajadores Extranjeros (C.T.E.). Esta unidad, al igual que otras muchas análogas, estaba integrada por alrededor de 250 extranjeros en su mayoría españoles, a las órdenes de oficiales franceses.

Fue arrestado tras la entrada de los nazis en Francia cuando se encontraba fortificando en la Línea Maginot, una obra faraónica que el ministro de Defensa francés, André Maginot, mandó construir tras la 1ª Guerra Mundial. Una construcción en la que tomaron parte miles de republicanos exiliados españoles y que se esperaba fuese impenetrable ante una más que probable ofensiva alemana. No fue así y con una maniobra relámpago la Wehrmacht la rodeó fácilmente, para luego destruir las defensas que más molestaban en sus planes.

Suponemos que después de pasar por un “stalag”, que era como los alemanes llamaban a los campos de prisioneros de guerra, ingresó en el campo de Angoulema.

El 20 de agosto de 1940, los nazis reunieron a 927 españoles, familias enteras procedentes de aquel campo y los trasladaron a la estación local del ferrocarril. Los pasajeros del convoy creían que los llevaban a la zona no ocupada, pero pronto se dieron cuenta de que iban hacia el norte. Cuatro días más tarde llegaron al pueblo de Mauthausen, en la anexionada Austria, un lugar que llegaría a convertirse en uno de los símbolos del holocausto nazi.

De los 927 viajeros, 470 personas quedaron recluidas en Mauthausen, de ellas 409 murieron. Fueron de los primeros en llegar. Ellos lo construyeron y allí vivirían el salvaje y sádico terror nazi, una barbarie inimaginable.


España aliada de Alemania por el Gobierno de Franco, conocedor de todos estos presos españoles, no intercede por ellos, hizo cómo si no existiesen. Un drama humano dejando en muy mal lugar al franquismo, palpitante su falta de piedad. Y tras su fin, tras tantos años de democracia, que aún sigan olvidados o sigan sin ser reconocidos. Mientras en Francia y otros lugares que padecieron la Segunda Guerra Mundial si les brindaron el gran honor, valentía y elogiados por su resistencia, lucha con los aliados contra la Alemania de Hitler. Más aún tras conocer el holocausto y todas las atrocidades.

Emilio, este avilesino asturiano y español, matriculado en el campo con el número 4.000, fue asesinado en Mauthausen a manos de un “kapo” español el 7 de octubre de 1941, dejando viuda y 3 hijos huérfanos: Emilio, Josefa y Olga.

Para leer las circunstancias de su muerte, sugerimos acudir a la biografía de José Ataulfo Arrojo Marqués, quien tuvo un papel relevante en la posterior venganza.

 

Biografía elaborada por Lucía R. Begega y Luis M. Cuervo.

Investigación Grupo Deportados Asturias.

 

Fuentes:

 

Archivo de Caen.

Arolsen Archivos.

ARMENGOU, Montse; “El convoy de los 927”. Plaza y Janés. Barcelona 2005.

C.D.M.H.

CUERVO FERNÁNDEZ, Luis Miguel. “Historia del Ejército Popular en Asturias. Voluntarios del Primer Día”. Inédito.

Registro Civil de Avilés.


 

 

 

 

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