Nacido en Avilés el 16 de septiembre de
1903; se casa a los 24 años con María Díaz Fernández, de 20 años, natural de la
parroquia de San Pedro Navarro (barrio popularmente conocido como Valliniello).
Era hijo del marinero Casimiro Arrojo Villa, natural de Cudillero y de Adela
Arrojo Ávila, nacida en Miranda de Avilés.
Dedicado a la misma profesión que su padre,
cuando estalla la guerra civil por el golpe de estado perpetrado contra el
gobierno legítimo elegido democráticamente en urnas, se alista en las Milicias
Populares alistándose como voluntario en una de las numerosas escuadras creadas
por C.N.T. en Avilés. Estos grupos se retiraron
del frente a mediados del mes de septiembre de 1936, dando comienzo la
organización del Batallón Mario, VI de los creados por C.N.T. en Asturias, el
cual sería señalado con el número 212.
Además de con la columna inicial de escopeteros, para su constitución se contó
con varias escuadras de libertarios avilesinos, la mayoría de ellos formadas por
marineros o pescadores. También se unieron a ellos las secciones confederales
leonesas reclutadas por el recién creado Comité Provincial de Villamanín, las
cuales operarían de manera independiente.
Su primer destino fue en Lugones, en el frente de Oviedo,
y en enero de 1937 ocuparon posiciones en Murias y La Escrita (Candamo).
Durante la Ofensiva General de febrero lanzaron un ataque sobre el Monte Otero,
en el concejo de Las Regueras, retirándose con varias bajas sin lograr alcanzar
sus objetivos.
El
3 de marzo la población de Durango fue arrasada por un bombardeo llevado a cabo
por la aviación italiana, dando comienzo a continuación una ofensiva sobre
Vizcaya y el resto de territorio de Euskadi que aún se encontraba en manos
republicanas.
Para
intentar detener su imparable avance fueron creadas varias brigadas
expedicionarias, que partieron desde Asturias y Santander hacia los sectores
atacados. Ente las fuerzas movilizadas se encontraba el Batallón Mario, que viajó
hacia Bilbao el 30 de abril, tomando posiciones de inmediato.
El día 17 de junio los cenetistas
avilesinos lograron recuperar una posición en el sector de Archanda, pero acto
seguido fueron literalmente barridos por la artillería enemiga que les causó un
importante número de bajas, figurando entre los fallecidos el mayor Mario
Cuesta, jefe del batallón. La lista de bajas de los rebeldes también fue
extensa, quedando prácticamente aniquilada una compañía del Tercio de Nuestra
Señora de Begoña
Regresaron
a Asturias a finales de ese mismo mes, estableciéndose en La Manjoya, en el
frente de Oviedo, pero ante una nueva ofensiva franquista, esta vez contra Santander,
a mediados de agosto fueron movilizados hacia la provincia vecina, desplegándose
en el valle del Besaya.
A primeros
de septiembre combatieron en el frente Oriental de Asturias y más tarde las
escasas fuerzas con las que aun contaba la unidad lucharon en el sector de Pola
de Gordón, perteneciente al de Los Puertos de León.
A partir de ese momento su primo José
Ataulfo Arrojo Marqués seguiría junto a él en todas las peripecias que el
destino les tenía reservado. Tras la pérdida del Norte ambos logran llegar a
Cataluña y tras la caída de ésta, como tantos otros, se exilian a Francia donde,
como la vida misma, se encuentran con la Segunda Guerra Mundial.
Suponemos que tras estar recluido en algún campo
de concentración del suroeste del país. El propio Gobierno francés se refería a ellos como tales, y no como
campos de refugiados, Emilio Antonio fue enrolado a la fuerza para
formar parte de la 199ª Compañía de Trabajadores Extranjeros (C.T.E.). Esta
unidad, al igual que otras muchas análogas, estaba integrada por alrededor de
250 extranjeros en su mayoría españoles, a las órdenes de oficiales franceses.
Fue arrestado tras la entrada de los nazis
en Francia cuando se encontraba fortificando en la Línea Maginot, una obra faraónica que el ministro de Defensa francés, André Maginot,
mandó construir tras la 1ª Guerra Mundial. Una construcción en la que tomaron
parte miles de republicanos exiliados españoles y que se esperaba fuese impenetrable
ante una más que probable ofensiva alemana. No fue así y con una maniobra relámpago
la Wehrmacht la rodeó fácilmente, para luego destruir las defensas que
más molestaban en sus planes.
Suponemos que después de pasar por un “stalag”,
que era como los alemanes llamaban a los campos de prisioneros de guerra,
ingresó en el campo de Angoulema.
El 20 de agosto de 1940, los nazis reunieron a 927 españoles,
familias enteras procedentes de aquel campo y los trasladaron a la estación local
del ferrocarril. Los pasajeros del convoy creían que los llevaban a la zona no
ocupada, pero pronto se dieron cuenta de que iban hacia el norte. Cuatro días
más tarde llegaron al pueblo de Mauthausen, en la anexionada Austria, un lugar
que llegaría a convertirse en uno de los símbolos del holocausto nazi.
De los 927
viajeros, 470 personas quedaron recluidas en Mauthausen, de ellas 409 murieron.
Fueron de los primeros en llegar. Ellos lo construyeron y allí vivirían el
salvaje y sádico terror nazi, una barbarie inimaginable.
España aliada de Alemania por el Gobierno
de Franco, conocedor de todos estos presos españoles, no intercede por ellos, hizo
cómo si no existiesen. Un drama humano dejando en muy mal lugar al franquismo,
palpitante su falta de piedad. Y tras su fin, tras tantos años de democracia, que
aún sigan olvidados o sigan sin ser reconocidos. Mientras en Francia y otros
lugares que padecieron la Segunda Guerra Mundial si les brindaron el gran
honor, valentía y elogiados por su resistencia, lucha con los aliados contra la
Alemania de Hitler. Más aún tras conocer el holocausto y todas las atrocidades.
Emilio, este avilesino asturiano y español,
matriculado en el campo con el número 4.000, fue asesinado en Mauthausen a manos
de un “kapo” español el 7 de octubre de 1941, dejando viuda y 3 hijos
huérfanos: Emilio, Josefa y Olga.
Para leer las circunstancias de su muerte, sugerimos
acudir a la biografía de José Ataulfo Arrojo Marqués, quien tuvo un papel
relevante en la posterior venganza.
Biografía
elaborada por Lucía R. Begega y Luis M. Cuervo.
Investigación Grupo
Deportados Asturias.
Fuentes:
Archivo
de Caen.
Arolsen
Archivos.
ARMENGOU,
Montse; “El convoy de los 927”. Plaza y Janés. Barcelona 2005.
C.D.M.H.
CUERVO
FERNÁNDEZ, Luis Miguel. “Historia del Ejército Popular en Asturias. Voluntarios
del Primer Día”. Inédito.
Registro
Civil de Avilés.
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