Nació en la casa materna del
barrio El Natahoyo de Gijón, el día 23 de noviembre de 1897. Según consta en su
certificado de nacimiento, era hijo natural de Flora Pacheco de la Portilla, de
estado civil viuda y nacida en Rioseco (Valladolid). Sus abuelos maternos se
llamaban José Pacheco y María de la Portilla, naturales de Santander. Su madre,
Flora, contrajo nuevamente matrimonio con Ceferino Bonacho Gaspar, nacido en Madrid.
Tuvo al menos una hermana,
Aurora, que nació en León en 1905. Conocemos muy poco sobre las primeras
décadas de vida de Valentín Bonacho. Quizás siguiendo los diferentes destinos
de su padre, acabó en Tarragona, donde se casó con Vicenta Roca (1902). El
matrimonio vivía en la calle Comandante Rivaluga, nº 32, y tuvo tres hijos:
Sebastián, Flora (1929) y Valentín (1934).
Valentín Bonacho Pacheco
era de profesión maquinista y estaba afiliado al Partido Socialista Unificado
de Cataluña (PSUC). Durante la Guerra Civil cumplió alguna función, que no
hemos podido clarificar, en la Dirección General de Seguridad en Madrid.
El 7 de febrero de 1939,
cruzó la frontera por Port-Bou camino de un exilio del que ya no regresaría. La
esposa Vicenta y sus tres hijos permanecieron en Tarragona. En la casa familiar
también estaba la tía Aurora, vecina de Madrid y soltera, que se encontraba de
visita. Sospechando que era comunista como su hermano Valentín, los franquistas
encerraron a Aurora en la prisión de la ciudad. Sólo tras convencerles de sus
simpatías por Falange recuperó la libertad después de tres meses.
En Francia, Valentín
Bonacho se enroló en la 68º Compañía de trabajadores Extranjeros (CTE) y
residió en Carcasona (Aude) y en Firminy (Loira). Al producirse la invasión
alemana en la primavera de 1940, Valentín quedó en la zona “libre” gobernada
por el mariscal Petain. Como gran parte de los 100.000 antiguos soldados del
Ejército de la República que seguían en Francia, Valentín fue obligado a servir
al régimen de Vichy enrolado en el 68º Grupo de Trabajadores Extranjeros (GTE).
Aunque no cobraban un salario, los republicanos de los GTE al menos se sentían
protegidos frente a males mayores como ser deportados a Alemania o repatriados
a España.
Pero en 1942, la suerte de
Valentín y sus compañeros cambiaría. Siguiendo las órdenes de las autoridades
alemanas de ocupación, en diciembre el gobierno de Vichy envió al 68º GTE a
Saint-Servan-sur-Mer, una villa de la Bretaña, donde trabajaría para la Organización
Todt en las obras del Muro Atlántico. Esta gigantesca infraestructura defensiva
se extendería desde el Golfo de Vizcaya hasta el norte de Noruega y habría de impedir
la invasión aliada por Occidente. Valentín trabajó un tiempo para la empresa Maurice
Viot construyendo bunkers y baterías en la pequeña isla de Cézembre, situada en
la bahía de Saint Malo. Los masivos bombardeos aliados acabarían por destruir estas
obras y modificando por completo el paisaje de la isla, hoy en manos de la Marina
francesa y de visita restringida.
Tras su paso por Cézembre,
Valentín Bonacho Pacheco trabajó como camionero de la NSKK alemana, transportando
material para las obras del Muro Atlántico. Vivía en el Château de la Ballue, a
medio camino entre el Mont-Saint-Michel y Rennes. Desde 1942, militaba en la
Resistencia Interna Francesa (RIF) y la Unión Nacional Española (UNE). Formaba
parte del grupo de “Los Deportistas”, que actuaba en aquella zona de Bretaña y
estaba formado básicamente por españoles. Valentín tenía la misión de
distribuir panfletos llamando a la población a resistir a los ocupantes nazis.
Denunciado por algún vecino, el 23 de marzo de 1944 fue detenido por la Gestapo
en su casa acusado de “terrorista”.
En la prisión Jacques
Cartier de Rennes coincidió con el asturiano Santiago Aller Llamas y el
cántabro Lucas Allende Santa Cruz (padre de la autora de estas líneas), que
habían sido detenidos por la Gestapo en Brest también a finales de marzo de
1944. Todos ellos fueron trasladados a Compiègne el día 25 de mayo. Valentín Bonacho
fue el interno nº 37905. El 18 de junio de 1944, los tres amigos fueron
deportados en vagones de ganado al campo de concentración de Dachau, donde
ingresaron el 20 de junio junto a muchos otros republicanos españoles
procedentes de la Cárcel de Eysses (Lot-et-Garonne), entre ellos los asturianos
Amador Álvarez Fernández, de Langreo, Joaquín Barrio (alias Díaz Ricardo), de
Oviedo, Manuel Bonet García, de Gijón, José María Fombona Bernardo, de Blimea,
Ignacio Iglesias Suárez, de Mieres, Antonio Rodríguez Lorenzo, de Oviedo,
Alberto Sánchez García, de Avilés y Félix Llanos Alonso, natural de Cienfuegos
(Cuba) y maestro en Trubia.
Convertido en Dachau
apenas en un número, el 74153, Valentín Bonacho fue enviado por los SS el 18 de
agosto al subcampo de Mühldorf am Inn, 80 kms. al este de Múnich.
Allí fue obligado a
trabajar en condiciones extremas, de nuevo para la Organización Todt, en la
construcción de un gigantesco bunker de 400 m. de largo, 33 de ancho y 12 de
alto, que albergaría una fábrica de aviones de combate. Las obras debían estar concluidas
en abril de 1945, pero por entonces el búnker sólo tenía 200 m. de longitud.
Antes de la liberación de
Dachau el 29 de abril de 1945 por las tropas estadounidenses, el subcampo de
Mühldorf había sido evacuado por los nazis y los extremamente debilitados
deportados fueron obligados a caminar en una “marcha de la muerte” en dirección
a Múnich. En Mühldorf perecieron 5.000 hombres. Acabada la guerra, se descubrió
una fosa común con los restos de 2.200. No fue hasta 2018 que, gracias a la asociación
“Por el recuerdo”, se erigió un monumento cerca de Mühldorf para sacar del
olvido este subcampo de Dachau. Aun hoy en el bosque se pueden ver los restos del
bunker.
Valentín Bonacho perdió
diez kilos durante su cautiverio, pero logró sobrevivir a aquel infierno y fue
repatriado a Francia el 18 de mayo de 1945 a través del centro de Sarrebourg.
Tras el paso obligado por el hotel Lutetia de París para registrar su regreso
de la deportación y para diversos exámenes médicos, regresó a Saint-Servan-sur-Mer.
El 23 de mayo fue hospitalizado en la clínica Le Rosais, donde pasó un par de
semanas recuperándose. Partió entonces hacia París y se instaló en el nº 5 de
la plaza Frédéric Vallois, en el distrito 15. Allí se reuniría con su esposa Vicenta
y sus dos hijos Flora y Valentín.
El asturiano Valentín
Bonacho Pacheco, activista de izquierdas durante la República, combatiente en
la Guerra Civil, exiliado en Francia, resistente y deportado, falleció a punto de
cumplir setenta y un años, el 15 de diciembre de 1968. Fue enterrado en el cementerio
parisino de Montrouge, en el distrito 14, junto a su esposa Vicenta Roca y su
hija Flora Bonacho Roca. El Estado francés concedió a Valentín numerosas y merecidas
condecoraciones.
Biografía escrita por Claudine
Allende Santa Cruz (MERE 29 Brest).
Investigación: Claudine
Allende Santa Cruz y Grupo Deportados Asturias.
Fuentes:
- CDMH
Salamanca
- FMD
- Libro
memorial Benito Bermejo y Sandra Checa
- SHD CAEN
- SHD
Vincennes
- Archives
Départamentales de L’Ille-et-Vilaine
- Arolsen
Archives
- Isabelle,
nieta de Valentín Bonacho Pacheco.
- Registro
civil de Gijón
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