FERNANDO URBANO QUINTANA CABAL
Nació en Oviedo el 22 de febrero de 1896, hijo de Alfredo Quintana Fernández y Balbina Cabal García. Sabemos que en 1900, la familia residía en Avilés y disfrutaba de una posición acomodada. El padre era profesor, posiblemente en la Escuela de Artes y Oficios, y la madre contaba con la ayuda de dos sirvientas para criar a sus seis hijos. Todo indica que la estancia en Avilés fue temporal y que la familia regresó a la capital de Asturias. A los 25 años Urbano se casó con Beatriz Ordóñez Fernández, nacida el 10 de mayo de 1895 en Pelúgano, concejo de Aller. La pareja tuvo cinco hijos. Hacia 1923 Urbano entró en las fuerzas de seguridad del Estado, posiblemente en el Cuerpo de Vigilancia. La familia se asentó en Barcelona en los años siguientes.
Los Quintaba Cabal eran sin
lugar a dudas de tendencia progresista. En los años veinte, el hermano mayor,
Alfredo, era presidente de la Liga de Inquilinos de Oviedo, liderando así en
Asturias un movimiento con amplio eco entonces entre las clases medias-bajas
urbanas del país que reclamaba al gobierno el congelamiento de los alquileres.
Al estallar la guerra civil, Alfredo contaba 50 años de edad y era delegado en
la capital asturiana de una compañía de seguros. Considerado elemento desafecto
por los golpistas, fue detenido y pasó por las cárceles de Oviedo, Grao y Lugo,
donde le perdemos la pista. Por su parte, Urbano, quien tenía entonces 40 años,
se mantuvo fiel a la República. A punto de caer Barcelona en manos de Franco,
Urbano fue ascendido de sargento
a teniente. En los días siguientes, puso rumbo al exilio junto a otros 450.000
españoles. El 8 de febrero de 1939 entró en Francia por Le Perthus. En la
capital catalana quedaba su mujer y sus hijos. No los volvería a ver.
Fernando Urbano Quintana
Cabal pasó un mes en el campo de refugiados de Saint Cyprien, ocho en Barcarés
y otros tres meses en Septfonds. En este último campo las autoridades francesas
concentraron a miles de refugiados españoles que tenían una cierta
cualificación profesional, para ser desde allí distribuidos a las empresas que
los reclamaban. Urbano, que había sacado el carnet de conducir en 1932 en
Barcelona, fue contratado como chófer en febrero de 1940 por la empresa de
transportes Petitbon, con sede en la Avenida Gallieni, 140, Bagnolet, municipio
colindante con París.
El camino que llevó a Urbano
Quintana Cabal desde Francia a los campos de concentración en Alemania fue poco
común y todavía está por ser clarificado. Es posible que el asturiano perdiera
el trabajo tras la ocupación alemana y decidiese emigrar voluntariamente al
Reich, como hicieron entre mediados de 1940 y finales de 1941 casi 2.000
españoles residentes en Francia. En septiembre de 1941, cuando trabajaba en
Munich, fue detenido por la policía bajo la acusación de “Volksschädling”. Se
trataba de una figura penal aprobada en los primeros días de la guerra dirigida
a proteger el “frente interno”, mediante la represión de actos que dañasen la
economía nacional o mermasen la moral de la población. El espectro de delitos punibles
era amplísimo y poco definido. Bastaba un pequeño hurto e incluso un
comportamiento “contrario a las buenas costumbres” para que una persona acabara
ante un tribunal especial que podía sentenciar al reo a penas de cárcel o
incluso a pena de muerte. Creemos que Urbano fue juzgado en Stuttgart a
comienzos de 1942. La sentencia, que por ahora desconocemos, habría sido el
comienzo de su via crucis.
En marzo
de 1942, Urbano Quintana Cabal fue transferido de la cárcel de Schorndorf,
junto a Stuttgart, a la cercana cárcel de Welzheim. Desde allí fue llevado el
18 de marzo de 1942 al campo de concentración de Dachau, junto a Munich, donde recibió
el número de preso 29498. Cinco meses más tarde, el 6 de agosto de 1942, fue
transferido a Mauthausen, con el número de preso 12047. A los tres meses, el 8
noviembre de 1942, fue de nuevo enviado a Dachau, junto a otros 150
republicanos españoles posiblemente reclamados como trabajadores
especializados. En su segunda reclusión en Dachau, Urbano fue el preso número 39462. Su forzada residencia era la barraca 24/3.
Hacia
septiembre de 1943, el asturiano fue autorizado a escribir a su mujer en
Barcelona, que tuvo así noticias de él después de dos años. A través de un
vecino alemán de Beatriz, que ahora residía en Karlsruhe, ella pudo hacer
llegar a su marido alguna ayuda en los meses siguientes, suponemos que dinero.
Desde Dachau, el propio Urbano escribió a Mauthausen reclamando un dinero que
probablemente le había llegado de su antiguo empleador en Munich. Por miedo a
las posible represalias, el alemán dejó de corresponderse con Urbano y Beatriz
hacia comienzos de 1944, y la comunicación entre el matrimonio quedó
definitivamente suspendida. En agosto, Urbano fue trasladado al campo de
concentración de Bergen-Belsen, 50 kms. al sur de Hamburgo. Allí se pierde toda
pista de nuestro paisano, que sin duda fue uno de los más de 50.000 presos de
aquel campo que perdieron la vida por inanición, enfermedades o palizas. Su mujer trató durante años de
conocer qué había ocurrido con su marido. Nunca nadie le supo dar razón. En los
años ochenta, Beatriz reclamó una indemnización a Alemania que posiblemente le
fue concedida.
Biografía
de Antonio Muñoz.
Investigación:
Grupo Deportados Asturias.
Fuentes:
Archivos
Nacionales Franceses.
Arolsen
Archives.
Censo
Población Avilés.
Hemeroteca
Digital.
Registro
Civil Oviedo.
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