Sobrevivir a Buchenwald
Emilio
nació en Gijón el 4 de julio de 1904. Era hijo de Ángel y Esmeralda. Tenía un
hermano mayor, Paco, (muerto seguramente durante la guerra), y dos hermanas más
pequeñas: Asunción y Carmen. Perdió a su madre a los 7 años. Su padre se casó
de nuevo y tuvo otra hija, Esmeralda. Emilio, Asunción y Carmen fueron a vivir con su abuela a la calle El Lucero,
en El Natahoyo. Como a
muchos niños de la época, lo metieron a estudiar en un colegio de frailes, pero
se salió y empezó a trabajar en barcos. Eso le dio ocasión de viajar y
fue surgiendo su compromiso social y militancia política. Primero se afilió a
Izquierda Republicana y después al Partido Comunista.
En
julio de 1936, Emilio se alistó en el Ejército Republicano y quedó adscrito al 3.er
cuerpo del Ejército del Norte. Fue Cabo de Milicias y después Sargento. En agosto se constituyó el Tribunal
Popular de Gijón y le nombraron presidente en representación del P.C.E.
El día 21 de octubre de 1937, cuando las tropas
franquistas se acercaban a Gijón, Emilio se lanzó al mar en el puerto de El
Musel, para alcanzar uno de los barcos que salían. Resultó herido
en el brazo derecho a causa de los bombardeos y se lo tendrían que amputar. En adelante sería conocido como El Manco.
Llegó a Francia y fue repatriado a Cataluña. Trabajó en
Barcelona, como ordenanza en la Asesoría de los Servicios Jurídicos de la Defensa
Nacional, en su condición de “inútil de guerra”.
Tras la caída de Barcelona, siguió el camino del éxodo y el 9 de febrero de 1939 fue
encerrado en el campo de Argelès-sur-Mer con miles de
compatriotas refugiados. Sólo
tenían arena, mar, cielo y mucho frío. Ellos mismos tuvieron que ir levantando
las barracas.
Emilio consiguió salir del campo y pasó un tiempo cerca
de Carcassonne, cuidando vacas.
A finales de 1941 llegó a Burdeos. Pronto se implicó en la Resistencia y
participó activamente en diferentes operaciones. Fue nombrado Lugarteniente de un
grupo de resistentes republicanos españoles de la ciudad (FTPF, Guérilleros
Espagnols, R3, integrado luego en las FFI) y tenía
a su cargo la llave del depósito de armas, en la rue Cornac, n.º 12. Su
experiencia en la Guerra de España había enseñado a esos voluntariosos
luchadores antifascistas a arreglárselas con recursos muy limitados. La
inferioridad material era compensada con mucho coraje e imaginación.
Por
esas fechas conoció a Odette, que participaba también en la Resistencia y que
después sería su esposa.
El 13 de octubre de 1943, Emilio fue detenido por la Gestapo y torturado repetidamente en las dependencias policiales de la rue Victoire Américaine y en la Caserne Boudet, pero no consiguieron sacarle ninguna información. Le hicieron Consejo de Guerra y lo trasladaron al temido Fort du Hâ, también en Burdeos. De allí lo desplazaron al campo de Compiègne, donde permaneció hasta el 27 de enero de 1944, fecha en la que fue deportado a Alemania, al campo de Buchenwald. Después de 3 largos días en vagones para animales, aquella mercancía humana era despojada de todo y empujada en masa a las duchas. Su ficha del campo indica: «nackt eingeliefert», es decir, «livré nu», «entregado desnudo». Su persona quedó reducida a un número: el 43.612. Era el inicio de un proceso de deshumanización.
Cuando el campo fue liberado, el 11 de abril del 45, los
que sobrevivían estaban en los huesos. En recuerdo y homenaje a los miles de compañeros
muertos, juraron solemnemente luchar para que se hiciera justicia y mantener el
ideal de un mundo nuevo en paz y libertad: “Le Serment de Buchenwald”. Entre ellos se había
creado un vínculo fraternal indestructible.
Emilio volvió a Burdeos y mantuvo siempre su gran
amistad con los amigos de la Resistencia que acabaron también en el campo y pudieron
resistir, como Cubichi (Bernardo Álvarez Maestre, argentino que había
luchado con las Brigadas Internacionales) y el coronel Grandier-Vazeille (héroe
francés de la 1ª G.M.).
Reencontró a Odette y juntos formaron una gran familia
con nueve hijos (seis chicas y tres chicos, todos con doble nombre español/francés) a los que inculcaron
los ideales que ambos compartían. Crecieron con la exigencia de ser ejemplares
y hacer honor a su apellido español. También con la imagen idealizada de esa
Asturias lejana y ese Gijón del alma que su padre tanto añoraba, aunque estaba
bien integrado en la sociedad francesa.
Mientras los republicanos españoles exiliados soñaban
con España, para el Régimen franquista seguían siendo los «rojos», se los
investigaba en secreto y se intentaba echarles el guante, sobre todo si
eran sospechosos de comunistas o masones, la gran obsesión del franquismo.
¿Sabía Emilio que en España tuvo abierto un expediente entre 1954 y 1956?
Seguro que lo sospechaba.
El tiempo fue pasando y El Manco iba quedando atrás. Para la familia era Papou, el entrañable y querido padre y abuelo, que apenas hablaba de sus penalidades pasadas. Emilio no vino a España hasta 1978. Llevaba 40 años de exilio. Acababa de tomar la nacionalidad francesa y Franco ya estaba muerto.
¿Cómo vivió ese viaje de visita a su tierra querida? Su hermana Asunción ya había muerto, pero lo esperaba el resto de la familia española. Recorrió los lugares de su infancia y juventud: la calle El Lucero, la playa, el puerto de El Musel…Tal vez fue en esos días cuando maduró una importante decisión.
Emilio junto a la casa de su infancia en la calle El Lucero, abandonada, pero aún en pie, como un símbolo (Gijón, 1978). Fue demolida en 2017, 80 años después de que él tuviera que huir por El Musel.
Emilio murió el 21 abril de 1987, en Burdeos, la ciudad que lo acogió, estimó y reconoció su lucha, pero sus cenizas vinieron a Gijón en julio de ese mismo año y fueron dispersadas en El Musel. Así lo quiso él y así lo cumplieron con amoroso desgarro su esposa y todos sus hijos e hijas. En Burdeos, el Museo de Aquitania presentó en 2008-2009 una exposición bilingüe: “Españoles en la Resistencia en Burdeos y su región”, en la que aparecen varias personas asturianas, como Emilio Álvarez Mongil, Rita Pérez, Ángel Villar Tejón…
En 2019, otra exposición recordaba en Burdeos a nuestros refugiados: "La solidarité de la CGT 33 avec les combattants de l'Espagne républicaine et leurs familles". En ella encontramos nueva información sobre Emilio. Aparece formando parte de un grupo de mutilados de la guerra de España que, en 1946, solicita a la Bourse du Travail de Bordeaux la creación de una cooperativa alpargatera. La CGT 33 da una lección de solidaridad frente a las leyes xenófobas (la ley francesa no permitía a los extranjeros este tipo de iniciativas) y acogió la propuesta fundando la Société coopérative sandalière, que funcionó hasta el final de 1950.
Emilio (1º por la izq.) en la Bourse du Travail de Bordeaux.
Por toda Francia pueden verse placas y monumentos con los
nombres de las personas que lucharon contra el fascismo, las que fueron
deportadas, las que perdieron la vida. Se las recuerda de múltiples maneras, reciben
homenajes y muchas han sido condecoradas.
La España franquista, por el contrario, intentó
denigrarlas; después, se ha preferido ignorarlas.
En Asturias, en Gijón, Emilio Álvarez Mongil, El
Manco, ejemplo de combatiente por la libertad y deportado por ello a
Buchenwald, aún es un desconocido.
En 2018, el Grupo Eleuterio Quintanilla solicitó al
Ayuntamiento de la ciudad el nombre de una calle en El Natahoyo para
recordarlo. No ha habido respuesta.
El tiempo ¿es capaz de curar estas heridas? La familia Álvarez ha tenido que aprender a convivir con ellas.
Texto: Rosa Calvo Cuesta y Enriqueta Ortega Valcárcel
Fuentes:
- Testimonio de Marie José Guitard y Aline Pascal, hijas de Emilio, recogido en Gijón y en Burdeos. Imágenes familiares cedidas también por ellas.
- ALONSO GARCÍA, P.L.: Los comienzos de la guerra en Gijón: de las “sacas” de prisioneros al Tribunal Popular. Folletos del Ateneo. Cuadernos de Historia. Segunda época. Noviembre 1997.
- Centro Documental de la Memoria Histórica. Salamanca.
- Exposición "La solidarité de la CGT 33 avec les combattants de l'Espagne républicaine et leurs familles". IHS CGT 33 (panel 4). (Información facilitada por Jean-Pierre Darmendrail)
Más información:
-Libro Exilio republicano asturiano. Historias
de vida.
-Rosa Calvo Cuesta y Enriqueta Ortega Valcárcel (Grupo
Eleuterio Quintanilla).
-Ed. Impronta. 2019
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