Campo de Concentración Le Vernet
Alberto Magdalena Forcelledo
Se
conmemoró el pasado 11 de abril una efeméride histórica, se cumplían sesenta
años del inicio del proceso contra Adolf Eichmann. El conocido como Arquitecto
del Holocausto fue secuestrado por el Mosad en Argentina, donde vivía con
identidad falsa. Trasladado a Israel, Eichmann fue ahorcado poco tiempo
después. Parece ser que el paradero del criminal nazi no era ningún secreto
para los servicios de espionaje de numerosos países del mundo occidental. El
fiscal alemán que lo localizó, Fritz Bauer, no quiso poner en conocimiento de
su país el lugar donde residía el siniestro criminal. La razón era el miedo que
tenía a que su propio gobierno avisase a Eichmann de que estaban tras su pista,
algo que facilitaría su huida.
Mucha
gente cree que los nazis se dedicaron tan solo a perseguir judíos. Esto es
simplemente falso. El auge de Hitler vino tras el triunfo de la Revolución
Rusa. El comunismo había triunfado y el miedo a que se extendiese el virus rojo
por otros países hizo posible que los grandes empresarios y las altas
personalidades comenzasen a financiar al fascismo.
En
marzo de 1933 se abrió el primer campo de concentración nazi, Dachau. Ubicado
en Baviera, Dachau albergó, en un principio, a opositores políticos al régimen
nazi. Así, los primeros prisioneros en desfilar por el campo fueron
sindicalistas, socialdemócratas o comunistas. Con el tiempo también sirvió de
prisión para judíos, testigos de Jehová, homosexuales o criminales habituales,
que lucieron el conocido triángulo verde y que hicieron muchas veces de
guardianes de los campos, a las órdenes de los SS. También pasaron por el
siniestro recinto numerosos gitanos y mercheros, una etnia nómada que ha
desaparecido de la larga lista de damnificados por el III Reich.
A
Dachau fue deportado Alberto Magdalena Forcelledo. Nacido en Uxo-Ujo, Mieres,
el seis de abril de 1905, Magdalena trabajaba en una explotación minera a cielo
abierto en Tuilla, donde se había trasladado con su pareja, María García, y sus
dos hijos: Lenin y Elena. Con el nombre del hijo, registrado como Elenin, se
puede deducir la ideología política de nuestro protagonista. Afiliado al PCE y
al sindicato UGT, Alberto participó en la Guerra de España, alistándose
voluntario en el Ejército Republicano y formando parte del Batallón Gorki. De
allí pasó al Vorochilof y, posteriormente, al Batallón Ladreda 224. Fue herido
en combate, en septiembre de 1937 y se tuvo que ir, como tantas otras personas,
tras la caída del Frente Norte, en octubre de ese año, a Cataluña. En mayo de
1938 fue declarado inútil total, la guerra le había cobrado la primera de las
facturas que tuvo que pagar en su corta vida.
Al primero de los campos nazis llegó en el
último transporte hacia el infierno. Magdalena fue trasladado desde Vernet a
Dachau en el conocido como “tren fantasma”, el último convoy que llevó
prisioneros hacia los campos nazis. El recorrido, que duraba tres días, se
alargó hasta los dos meses debido a los sabotajes, roturas de vías y bombardeos
que sufrió el tren en el verano de 1944. Y es que la resistencia, que luchaba
contra los nazis, intentó por todos los medios que no llegase a su destino.
Como hemos dicho, Forcelledo fue deportado desde Vernet. Evelyn Mesquida nos
cuenta esto: “La Vernet, situado en la región del Ariége, a ochenta kilómetros
de la frontera franco-española, era un vasto terreno situado a dos kilómetros
del pueblo del mismo nombre. El campo había sido creado durante la Primera
Guerra Mundial y sirvió para internar a prisioneros alemanes. Abandonado desde
muchos años atrás, el conjunto de la base reunía 19 grandes barracones en
semirruinas. Calificado como campo disciplinario, allí fueron enviados los
soldados españoles que los franceses declaraban peligrosos, entre ellos la casi
totalidad de los anarquistas de la 26. División, entre los que se encontraban
numerosos grupos de dinamiteros que más tarde destacarían en la resistencia
francesa. Entre los 10200 internados, varios miles pertenecían a la Columna
Durruti. Allí eran también enviados los contestatarios y los cabezas duras,
además de muchos evadidos de los campos o de los entrados ilegalmente en
Francia. Algunos de los hombres de La Nueve conocieron el campo. Pasaron allí
muchos meses viviendo como todos el maltrato, el hambre, la enfermedad, el
barro, el frío y la falta de higiene. Los supervivientes vieron morir en
aquella miseria a muchos de sus compañeros.
Considerados
como en Colliure, elementos peligrosos, los prisioneros de Le Vernet estaban
especialmente vigilados por las fuerzas francesas, sometidos a régimen militar
y totalmente aislados de la población, a la que se tenía prohibido, incluyendo
a los niños, acercarse a menos de 100 metros de las alambradas, bajo amenaza de
brutalidades y castigo para los internados.” No nos queremos imaginar cómo
sería tras la ocupación alemana.
Alberto
Magdalena Forcelledo, que fue marcado con el número 94059, no sobrevivió a los
nazis. El diez de febrero de 1945 ingresaba en la enfermería, falleciendo tan
solo un mes después de una neumonía a la edad de cuarenta años. En abril,
Dachau fue liberado.
Biografía
elaborada por Carlos Barrio y Maribel Luna
-Investigación
Grupo Deportados Asturias
Fuentes:
Registro
Civil de Mieres
Prensa
Histórica MCU
BOPO
Arolsen
Archives
CDMH
Luis
Miguel Cuervo
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