Campo de Neuengamme
Hijo de Vicente y Dolores, Rafael González Costales nació en Gijón el 25 de julio de 1917 (o el 30 de agosto de 1917). Su madre de Gijón y su padre de Parades ( Las Regueras). Fueron cuatro hermanos, Rafael era el pequeño.
Al iniciarse la
guerra civil estaba a punto de cumplir 19 años, vivía en la calle Cabrales 102,
y estaba inscrito en la bolsa de empleo de la CNT. En los meses siguientes,
Rafael entró a trabajar como limpiador en La Industria, fábrica de vidrio por
entonces casi centenaria fundada por Mariano Pola. Posiblemente Rafael se
enroló en el Ejército de la República, sería evacuado por barco desde Gijón en
octubre de 1937 y seguiría combatiendo hasta la derrota final. En febrero de 1939
pasó los Pirineos junto a casi medio millón de compatriotas.
Nada sabemos del exilio de Rafael González
Costales hasta que lo encontramos, ya muy avanzada la guerra mundial, en
Burdeos. Residía en el número 7 de la rue des Chartrons, en la misma orilla del
Garona. A comienzos de febrero de 1944, Rafael fue detenido por la policía de
Vichy y acusado de ”activité comuniste”. Entregado a los alemanes, posiblemente
pasó por el Fort du Hâ, la antigua cárcel de Burdeos usada por los ocupantes nazis
como prisión para opositores. Allí coincidió con el también gijonés Francisco
Cristobal. Tras varios meses en ese penal lúgubre e insalubre, Rafael y
Cristobal fueron transferidos al campo de Compiègne, al norte de París,
antesala de la deportación al Reich para más de 45.000 personas durante la
guerra.
El 21 de mayo de 1944, un convoy con
2004 hombres partió de Compiègne camino de Hamburgo. Apretujados en los vagones
iban más de 1.600 franceses y casi 200 españoles, entre ellos los asturianos
Francisco Cristóbal, José Rendueles, Evaristo Rebollar, Rafael González y Luis
Valdés. A los tres días llegaron a Neuengamme, el principal campo de
concentración del norte de Alemania. Con el número de preso 32071, Rafael González
habría sido asignado a algún comando de trabajo hasta ser liberado posiblemente
por el Ejército Rojo en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.
Tras la liberación, Rafael González
Costales pasó por diversos campos de refugiados, hasta terminar en Austria.
Allí conoció a Ana Maria Hochstein, con quien se casó en Bregenz en mayo de
1947. Dos años más tarde, Rafael regresa a España con su mujer. El matrimonio
se instala en Valdepeñas y tiene varios hijos. En los años sesenta, Rafael
reclamó una indemnización a la RFA como perseguido político del régimen nazi.
En una de las comunicaciones con la administración alemana, Rafael solicitaba
información sobre “mi amigo y compañero de sufrimiento” Francisco Cristóbal,
quien por entonces vivía en Burdeos. Desconocemos si los dos gijoneses llegaron
a tener de nuevo contacto y si, por carta o ante una botella de vino,
revivieron su terrible experiencia como deportados.
Antonio Muñoz Sánchez
Fuentes:
Arolsen Archives
CDMH, Salamanca
Archivos Memorial del campo de concentración de Neuengamme
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